martes, 19 de marzo de 2013

Ecoaventura en Jalcomulco

Quienes tenemos la fortuna de vivir en Veracruz, podemos disfrutar todo tipo de ecoaventuras enmarcadas en amplia variedad de ecosistemas. Lo que significa disfrutar la belleza de distintos paisajes en la variedad de climas que nos apetezca. ¡Todo está a nuestro alcance! Así, sin gastar mucho. Desde el ascenso al Pico de Orizaba o al Cofre de Perote cuando están nevados (y cuando no) hasta remar en lancha por los rápidos del río Jalcomulco.
Déjenme platicarles mi experiencia con Expediciones México Verde, una empresa que se dedica a proveer servicios de aventura. Conocí sus instalaciones cuando viajé con algunos compañeros de trabajo. Primero nos pusieron algunos juegos para fortalecer el espíritu de equipo y la comunicación, y nos deleitaron con un soberbio espectáculo de danzas africanas. Hicimos otras actividades y nos encantó el buffet.
Pero al llegar la hora de hacer rappel de 85 metros (para lo cual nos trasladaron a Xico) me entraron los nervios, gulp. Bueno, a todos, lo cual fue contagioso. Así que cuando la cuerda dio una vuelta completa y me giró de espaldas a la pared rocosa, como a unos 30 metros avanzados, observé el hermoso escenario ante mí y, aunque traté de disfrutarlo... no lo logré del todo.
Entre arrepentida por eso y feliz por todo lo recién conocido, programé semanas después una visita con mi hermana, una amiga suya y mi novio, en paquete de tres días.
En Xico, fui la primera voluntaria para bajar del risco (ese rappel no podría conmigo) y, wow, qué hermosura. Una de las 30 caídas de agua con que cuenta este lugar golpeándome indirectamente, de manera irregular, mientras me mecía en la cuerda. Colosos de piedra con formas caprichosas que albergan algunos arbolitos crecidos casi horizontalmente. Un viento fresco sobre el rostro que eliminó todo pensamiento.
Excelente inicio.
Salimos de ahí haciendo senderismo mientras el agua susurraba cual música de fondo, a ratos impetuosa mientras pásabamos por las cascadas y a ratos calma y relajante, igual que una pieza de Beethoven.
Después, hicimos de todo: tirolesa, gotcha, temazcal, otro rappel de 20 metros, tiempo de alberca y de billar en el bar, etcétera. Me encantan las instalaciones de México Verde, con sus cabañas tipo safari en medio de la naturaleza y los caminitos iluminados de noche por antorchas. Mantienen un concepto muy "eco-divertido"; incluso te despiertan por la mañana al ritmo de tamborazos.
Y lo mejor estaba apenas por venir.
El descenso en río o rafting siempre me había atraído, aunque algunas personas me aseguraban que era peligroso, que terminabas muy cansado y embarado, que no era recomendable si no eres experto nadando, buenoooo.
Jalcomulco es uno de los ríos más visitados del país para tal propósito y sus rápidos son de clase III y IV, o sea que se ponen buenos.
Ya había hecho el descenso con mis compañeros de trabajo (un mes antes) pero, esta vez, teníamos que controlar la lancha entre nosotros cuatro y se antojaba más divertido. Lo fue. No sé si es que soy una criatura de agua y nada me hace más feliz que ella o si para toda la gente esta actividad es la estrella de la película. Sólo sé que las risas se convierten fácilmente en carcajadas y la adrenalina brota para darte emoción pura. Eso sí, no me atreví a saltar del risco (¡se veía tan alto!) en el punto donde nos detuvimos a descansar y comer jícamas y naranjas antes de continuar remando.
Volvería a hacer el recorrido mil veces.
Hay tanto por conocer en nuestro estado que, ¿quién necesita ir a Egipto para montar un camello? Aquí hay todo para ser feliz :)

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