Quienes tenemos la fortuna de vivir en Veracruz, podemos disfrutar todo
tipo de ecoaventuras enmarcadas en amplia variedad de ecosistemas. Lo
que significa disfrutar la belleza de distintos paisajes en la variedad
de climas que nos apetezca. ¡Todo está a nuestro alcance! Así, sin
gastar mucho. Desde el ascenso al Pico de Orizaba o al Cofre de Perote
cuando están nevados (y cuando no) hasta remar en lancha por los rápidos
del río Jalcomulco.
Déjenme platicarles mi experiencia con
Expediciones México Verde, una empresa que se dedica a proveer servicios
de aventura. Conocí sus instalaciones cuando viajé con algunos compañeros de trabajo. Primero nos pusieron algunos juegos para fortalecer el
espíritu de equipo y la comunicación, y nos deleitaron con
un soberbio espectáculo de danzas africanas. Hicimos otras actividades y nos encantó el buffet.
Pero al llegar la hora
de hacer rappel de 85 metros (para lo cual nos trasladaron a Xico) me
entraron los nervios, gulp. Bueno, a todos, lo cual fue contagioso. Así
que cuando la cuerda dio una vuelta completa y me giró de espaldas a la
pared rocosa, como a unos 30 metros avanzados, observé el hermoso escenario
ante mí y, aunque traté de disfrutarlo... no lo logré del todo.
Entre arrepentida por eso y feliz por todo lo recién conocido, programé
semanas después una visita con mi hermana, una amiga suya y mi novio,
en paquete de tres días.
En Xico, fui la primera voluntaria para
bajar del risco (ese rappel no podría conmigo) y, wow, qué hermosura. Una de las 30 caídas de agua con que cuenta
este lugar golpeándome indirectamente, de manera irregular, mientras me
mecía en la cuerda. Colosos de piedra con formas caprichosas que
albergan algunos arbolitos crecidos casi horizontalmente. Un viento
fresco sobre el rostro que eliminó todo pensamiento.
Excelente inicio.
Salimos
de ahí haciendo senderismo mientras el agua susurraba cual música de
fondo, a ratos impetuosa mientras pásabamos por las cascadas y a ratos
calma y relajante, igual que una pieza de Beethoven.
Después, hicimos de todo: tirolesa, gotcha, temazcal,
otro rappel de 20 metros, tiempo de alberca y de billar en el bar, etcétera.
Me encantan las instalaciones de México Verde, con sus cabañas tipo
safari en medio de la naturaleza y los caminitos iluminados de noche
por antorchas. Mantienen un concepto muy "eco-divertido"; incluso te
despiertan por la mañana al ritmo de tamborazos.
Y lo mejor estaba apenas por venir.
El
descenso en río o rafting siempre me había atraído, aunque algunas
personas me aseguraban que era peligroso, que terminabas muy cansado y
embarado, que no era recomendable si no eres experto nadando, buenoooo.
Jalcomulco
es uno de los ríos más visitados del país para tal propósito y sus
rápidos son de clase III y IV, o sea que se ponen buenos.
Ya había
hecho el descenso con mis compañeros de trabajo (un mes antes) pero,
esta vez, teníamos que controlar la lancha entre nosotros cuatro y se
antojaba más divertido. Lo fue. No sé si es que soy una criatura de agua
y nada me hace más feliz que ella o si para toda la gente esta
actividad es la estrella de la película. Sólo sé que las risas se
convierten fácilmente en carcajadas y la adrenalina brota para darte
emoción pura. Eso sí, no me atreví a saltar del risco (¡se veía tan
alto!) en el punto donde nos detuvimos a descansar y comer jícamas y
naranjas antes de continuar remando.
Volvería a hacer el recorrido mil veces.
Hay tanto por conocer en nuestro estado que, ¿quién necesita ir a Egipto para montar un camello? Aquí hay todo para ser feliz :)
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